La sexualidad en esta etapa está sujeta a un gran número de
agresiones procedentes del bando de la patología, la mediación y la manera
especial de las presiones sociales, lo que está claro es que la vivencia de la
sexualidad en la vejez es un reflejo de la formación, creencias, actitudes,
valores y experiencias vitales acumuladas durante toda la vida.
No solo
puede hablarse de anatomía, psicología y actos físicos entre las personas,
también se incluyen, cuestiones de identidad, género, personalidad,
sentimientos, valores y relaciones. No se trata de imponerles un modelo de
sexualidad a las personas mayores, sino de ofrecerle la posibilidad de que se
toquen, acaricien, enamoren y vinculen y en todo ello tiene un lugar destacado
y explicito la sexualidad, pero no
entendida como la actividad orientada exclusivamente al coito como conducta
erótica si así lo desean.
Por este
motivo se trata de un concepto de
sexualidad mucho más amplio al que normalmente es considerado, se trata de
disfrutar el placer del contacto corporal y la comunicación, así como la
seguridad que produce el sentirse querido y deseado. La sexualidad incluye todas las formas de
expresión, desde la aproximación al tacto, la intimidad emocional, la compañía,
masturbación y no solamente el coito, una sexualidad en la que el placer es
encontrado en la intimidad compartida, en el encuentro y descubrir y ser
descubierto es mimarse los cuerpos y en definitiva las múltiples
manifestaciones del placer de lo erótico, es esencialmente una forma de
comunicación entre las personas de intercambio afectivo de expresión de ternura
y de necesidad del otro.
Puede ser
definida como una energía vital que esta presente en todo el proceso de la vida
desde el nacimiento hasta la muerte que
en esta etapa de la vida debe continuar siendo una fuente de placer y no una fuente de inquietud
y frustración, puesto que la sexualidad es expresada de diferentes maneras
según la edad.
La
vejez es un proceso que en orden
biológico se manifiesta por una disminución genérica del metabolismo; pero es
importante tener en cuenta la sociedad en la cual se desarrolla ya que es un
proceso biopsicosocial.
En cuba para la sociedad constituye un problema serio de
salud al constituir esta un derecho de la población, se trabaja cada vez más en
torno a la creación de condiciones
óptimas para la atención geriátrica,
por otra parte los adelantos de la
revolución científico técnica, hacen que la vejez hoy en día tenga
características cualitativamente diferentes hasta hace un cuarto de siglo, por
ellos un hombre o una mujer a los 60 ó 65 años en cuba por regla general, tiene
un nivel aparencial de mucho menos edad, tal como sucede en países de alto
desarrollo.
Los
estudios realizados en poblaciones mayores de 65 años de numerosos países que
después de esa edad se mantiene la actividad sexual en un porciento
considerable de casos. Helleger y Mortesen señalan en su trabajo que incluso a
los 95 años alrededor de un 40% de las personas estaban interesados en el sexo
y alrededor de un 25% mantenían actividad masturbándose.
Brecher encontró en un estudio
realizado en 1984 un grupo de mayores de 70 años en el que el 81% de los casados se
mantenían sexualmente activos y la utilización de la masturbación como
sustituto se calculo en 22% de los casos.
Se encontró también que los ancianos que actualmente no
mantienen relaciones sexuales 6 (22%) conservaron esa práctica después de los
65 años en la siguiente forma dos hasta los 74 años y uno por grupo hasta las
siguientes edades 68, 78, 81, y 82 años. En total de 27 entrevistados 12
(44.4%) tuvieron relaciones sexuales más allá de los 65 años y dos viudas de 77(49%) refirieron tener deseo intenso: una se masturbaba con frecuencia irregular y
otra controlaba sus deseos pensando que no es natural sentirlo a esa edad.
Sacado de: monografias
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