De la misma manera que se
reconoce el CI (cociente intelectual), se puede reconocer la Inteligencia
Emocional. Se trata de conectar las emociones con uno mismo; saber qué es lo
que siento, poder verme a mi y ver a los demás de forma positiva y objetiva. La
Inteligencia Emocional es la capacidad de interactuar con el mundo de forma
receptiva y adecuada.
Características básicas y propias
de la persona emocionalmente inteligente:
*Poseer suficiente grado de autoestima
*Ser personas positivas
*Saber dar y recibir
*Empatía (entender los sentimientos de los
otros)
*Reconocer los propios sentimientos
*Ser capaz de expresar los sentimientos
positivos como los negativos
*Ser capaz también de controlar estos
sentimientos
*Motivación, ilusión, interés
*Tener valores alternativos
*Superación de las dificultades y de
lasfrustraciones
*Encontrar equilibrio entre exigencia y
tolerancia.
Goleman explica que la
Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades que sirven para expresar y
controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y
social. Incluye, por tanto, un buen manejo de los sentimientos, motivación,
perseverancia, empatía o agilidad mental. Justo las cualidades que configuran
un carácter con una buena adaptación social.
El psicólogo W. Mischel hizo un
experimento con niños de 4 años: les daba un caramelo y les decía que tenía que
irse un momento, pero que debían esperar a que él volviera antes de comérselo,
si lo hacían así él les daría otro caramelo como premio. El tiempo que
permanecía fuera era tan sólo de 3 minutos. Habían niños que no esperaban y se
comían el caramelo. Posteriormente hizo un seguimiento de los niños y observó
que los que no se habían comido el caramelo, eran más resistentes a la presión,
más autónomos, más responsables, más queridos por sus compañeros y mejor
adaptados en el medio escolar que los otros.
Todas las personas nacemos con
unas características especiales y diferentes, pero muchas veces la manera que
tenemos de comportarnos o de enfrentarnos a los retos de la vida son
aprendidos. Desde pequeños podemos ver como para un niño no está tan bien visto
llorar y expresar sus emociones como en una niña, además a los varones se les
exige ser más valientes, seguros de sí mismos. También podemos observar como,
según las culturas, las mujeres son menos valoradas, tanto en el ámbito
personal como en el laboral, lo cual es el origen de opresiones y malos tratos.
Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el momento en que venimos al
mundo: nos comportamos como nos han "enseñado" a comportarnos.
Quererse a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos, no
todo depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser capaces de
seguir aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día, aprender a ser más
inteligentes emocionalmente, en definitiva a ser más felices.
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